viernes, 30 de noviembre de 2007

"Estímulo a la Calidad"

El INT Instituto Nacional de Teatro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires nos ha distinguido con el Premio "ESTIMULO A LA CALIDAD"
por la Producción Teatral 2007 por nuestra obra
"A LAS CUATRO"
según consta en el Acta Nº 179 del consejo de Dirección.
Queremos compartirlo con todos ustedes que nos vienen acompañando a lo largo de éstos años en nuestro camino artísitico
Muchas Gracias
Mecha y Rony

domingo, 18 de noviembre de 2007

Critica La Nación

Qué fantástica esta fiesta
Jueves 11 de octubre de 2007 Publicado en la Edición impresa
Calificación LA NACION: Calificación lectores: -

Ella . Libro: Valeria Ambrosio, Ana Repetto y Leonardo Gaetani. Dirección general: V. Ambrosio. Arreglos y dirección musical: Gabriel Goldman. Dirección de actores: Mecha Fernández. Con Ivana Rossi, Dan Breitman, Natalia Cociuffo, Hernán Piquín, Adrián Scamarella, Alejandro Ibarra, Angel Hernández, Esteban Provenzano, Federico Salles, Juan José Marco, Oscar Lajad, Marcos Gorosito, Leonardo Tito, Ariel Pastocchi, Sebastián Codega y Mariano Botindari. Reemplazos: Mariana Jaccazio y Federico Salles. Voz en off: Víctor Hugo Morales. Coreografía: Elizabeth de Chapeaurouge. Escenografía: Ana Repetto. Vestuario: Walter Jara. Iluminación: Sandro Pujía. Sonido: Osvaldo Mahler. Diseño de video: Maxi Vecco. Stage Manager: Flavio Chinellato. Asistente de dirección: L. Gaetani. Prod. ejecutiva: Constanza Miguel y Florencia Borensztein. Prod. general: Maxi Ambrosio y Daniel Grinbank. En el Lola Membrives. Duración: 90 minutos. Nuestra opinión: muy buena.
Hace unos años, Valeria Ambrosio, Gabriel Goldman y el tándem de esta propuesta se jugaron con un espectáculo a lo grande, pero con modestia: Mina... che cosa sei? , sobre canciones de la diva italiana. Con él se fueron a Europa, recibieron críticas formidables y fue algo así como el lanzamiento de Elena Roger. Les quedó el sabor italiano y ahora se lanzaron a un nuevo desafío: Raffaella Carrá. Claro que hay una distancia artística entre Mina y la rubia del peinadito carré. Pero Raffaella dejó una huella importante tras sus periódicas visitas a la Argentina durante los años 70, cuando la misión era "distraer". Más allá de eso, divirtió a las generaciones que hoy sobrepasan los treinta y pico y se convirtió en ícono gay (uno más). Ambrosio se divirtió con la idea. Y lo mejor de todo es que hace pasar un muy buen rato a los espectadores. En Mina... no había un argumento, sino una puesta en escena de cada canción. En Ella hay un pequeño hilo conductor, muy leve. La estrella de un espectáculo (Raffaella) no aparece nunca, entonces el resto del elenco debe hacerse cargo del show. Por su parte, el trabajo de Elizabeth de Chapeaurouge en la coreografía también es fundamental. Es obvio que no podrían reproducirse exactamente las "bizarras" (en el sentido anglosajón de la palabra) coreografías de los shows de la Carrá en los años 70. Lo que hizo fue tomar hábiles guiños que remitan a ellas y reformularlas. Es decir, mantuvo un halo kitsch pero no se atuvo a movimientos de masa compactos, sino que apostó a la fragmentación, a la invasión de los múltiples espacios planteados por la única y funcional escenografía (de Ana Repetto), y a las habilidades de su potente staff de bailarines. En su trabajo también hay una impronta importante del vestuario diseñado por Walter Jara. A su vez, también es destacable la puesta de luces de Sandro Pujía. Intérpretes En Ella no hay figuras. Y qué suerte. Una vez más, Ambrosio vuelve a darles la oportunidad de lucirse en roles protagónicos a esos trabajadores del musical que pocas veces tienen la chance de encabezar un elenco. Escogió a Ivana Rossi, Natalia Cociuffo y Dan Breitman con un ojo clínico y providencial. Los tres son dignos merecedores de estos lugares que ocupan. Con su dirección actoral, Mecha Fernández contribuyó al minucioso trabajo de interpretación en el canto y el baile (incluso en los bailarines). Ivana Rossi y Natalia Cociuffo tienen la personalidad como para interpretar los eléctricos temas de Raffaella.
Pablo Gorlero